quiero escribir

Imagen

Estoy tratando de escribir…
De volcar en palabras y frases mi sentimiento… encima llueve. Como música rescatada de una porción de cielo, húmedo de esperanzas y sosiegos, las gotas de lluvia golpean en el techo, y su ritmo de corcheas y claves de sol, magnifican mi universo de poeta.
Mi memoria se habita de los frágiles trazos del pasado ,de infinitos bosquejos, de recuerdos, lugares, situaciones, reflejos…. de vívidos momentos. De rostros, de rasgos y de gestos… de reflexiones y de sentimientos.
Sin embargo, deambulo con paso poco firme por esos híbridos caminos, por donde ella (la memoria) restablece el confín de mi senda y me reintegra, sólidamente, al mundo de mi realidad y mis agravios. A la región por donde debo transitar, inevitablemente, de acuerdo a lo que soy, a lo que he sido y a los avatares creíbles o increíbles de mi único destino.
Estoy tratando de escribir…
Estoy tratando de elaborar, con los pobres artilugios de mi mente desvalida, venida a menos, convertida en parámetro alegre de su propia caricatura, un cuento, una historia, una poesía… 

De pronto, una luz multicolor ilumina la habitación donde me hallo recluida en busca de mi yo, es una luz penetrante y fluida. Su luminosidad contiene miles de colores y de brillos, mas de los, humanamente, imaginables.En ese instante, miro a mi alrededor y veo a mi yo, ese que estaba buscando con denodadas fuerzas y esfuerzos, brillando al compás de aquel arco iris, elevado en noble desafío.
Entonces sé, descubro mi identidad, acaso perdida, acaso no visualizada, acaso desconocida y me regocijo de esta fiel revelación del alma… este es mi cuento… esta es mi historia.-

se esta muriendo

Me dicen que se esta muriendo… y yo, que puedo hacer? ¿Acaso soy Dios, o Jesus con el milagro en el celeste de sus ojos buenos …. o San Gabriel, con sus intrépidas peripecias y sus gráciles devaneos, conquistando el prodigio de la vida, por encima del destino?  No, no es así. yo soy solo un ser humano, sin poderes esotéricos ni mágicos interludios.Soy solo eso,  un ser humano con todas sus limitaciones, todas sus grandezas, todos sus anhelos y sus ilusiones.  También con todos sus sueños rotos y con su felicidad tercamente recompuesta, remendada, y adornada con flores y sonrisas, porque es la única manera de sobrevivir, al pie de esa cordura que pugna por escurrirse, a rabiar, por cada agujero vulnerable de nuestra pobre alma.

Pero,  «las lecciones de la realidad no matan al idealistas, lo educan».

EL COMPRADOR

Imagen

Le iba a vender el auto. Por eso lo estaba esperando. Sentado en la galería de su casa. En uno de los sillones del juego de jardin, forjado en hierro macizo, que el mismo había fabricado y pintaba de blanco, con infinita paciencia, año por medio.
Resolviendo su cansancio, en esa tarde gris de mediados del otoño, sobre los almohadones tapizados en tela plástica, estampada en bonitos colores que dibujaban rosas y ramas. Lo estaba esperando, como quien espera un presagio de vida diferente y nubes enrroscando la superficie de los labios, apretujados de insertidumbre.
José era herrero. Caminó esas veredas desde siempre. Desde antes que el pueblo creciera y se convirtiera en cabeza de la localidad. Vivía en los suburbios de la ciudad de Empedrados, al noroeste de la provincia de Corrientes. A pocos metros de la ruta 12, principal via de acceso y de comunicación con Corrientes y Buenos Aires. y a una diez cuadras del nuevo balneario municipal.
José había tomado la desición de vender su auto. El renault 12 color azul metalizado que seis años atrás había comprado, 0 km. Desde entonces, el vehículo se fundía con sus piernas y con su aliento y le sobrellevaba las distancias, sin un quejido, sin una falla.

Sosteniendo, en sus manos ásperas y callosas, las apreciadas llaves del AUTOMOVIL… lo estaba esperando.
El robusto y espeso tronco del lapacho y la frondosa magnitud del sauce llorón, dibujaban taciturnos morenos sobre el perfil de su rostro y una inquieta ráfaga de brisa aleteó sobre su aliento frío.

Cuando el comprador llegó, José desplegó, sin reticencias, las virtudes de aquel bosquejo de lata y fierro, de comprensión y mecánica, que iba mas allá de todo entendimiento. No existía himno más acompasada que las notas que emitía el sonido de aquel motor, en primera, tercera o marcha matrás.
Todo estaba en ese orden diminuto donde las circunstancias se mezclan con los vahos intempestivos del azar y sus revoltosas consecuencias.
Es infinitamente imposible predecir el destino. La impiadosa margen de la duda o la opaca semiluz de la sospecha, no siempre entreteje los vinculos y, a veces, solo, a veces, los aleja de su propia realidad.
Y no cabía mas simbolo que el dinero, admitiendo la única alternativa que los conectaba y los fundía, emanando de la decisión de José y del sabor amargo y áspero en sus labios tensos. Con mano temblorosa estampó los arabescos de su firma en los grices formularios consabidos. Guardó el dinero, celosamente,
, en el armario del comedor. En tanto, el comprador, moldeaba el parpadeo de sus ojos a una invisible revelación.
Lo convenció de puro palabrerío y de puro agotamiento del espíritu, ya, que el hecho, en sí mismo, no influía en José. No se trató de un paseo ni de una alternativa…. más bien fue ansiedad, urgente ansiedad de llegar al fin de la transacción, al final del juego. La brecha por donde vida y muerte intercambian sus rehenes y se toman de la mano , buscando respuestas que no existen, sino como un atajo a la necesidad.
Conversaron un rato, mientras el manejaba. El comprador conducía hacia ese recinto donde se fragua el crimen, con las puertas abiertas A LA travesía casi a ras del planeta. Después de haber pactado, con huellas tan tangibles, la casual jugada del destino, cerró, de súbito, las ventanas del azar.

El golpe sonó en su craneo, como trueno que ruje sobre la tierra plana y desprovista de una llanura sin ocasos. La sangre fluyó pronta de su cabeza malherida. La sangre color rojo, rojo que lastima.
Abandonado, su cuerpo herido, a un costado del camino, José desfallecido. José muerto y mentido. José atacado y malquerido.
El comprador puso primera y aceleró.
Sosteniendo el pulso del volante aferrado a su muñeca … el comprador puso primera y aceleró.
La bocina intempestuosa y delirante, se clavó en sus tímpanos hasta hacerlos sangrar de dolor.
Y , vigía de las malas intenciones, el Renault 12, dió vueltas y vueltas en rededor, igual que calesita del destino, hasta dar de lleno y con violencia contra el tronco de un añoso Eucaliptus, y destrozarse.

EL CRIMEN DEL ANGEL


Imagen

«Tengo miedo de mí mismo, tengo miedo del miedo, pero, ante todo, tengo miedo de la espantosa confusión
de mi espíritu, de mi razón, sobre la cual pierdo el dominio y a la cual turbia un miedo opaco y misterioso»
GUY DE MAUPASSANT

«Nunca sabes si lo que vives es real, quizá te quedaste sumida en el sueño eterno y nunca despertaste.»

El día 2 de junio como todos los lunes, a las 9:45 de la mañana, el Ángel sopló la trompeta y sus notas
dijeron, hasta dentro de un rato. La clave de sol que esgrimía su música era intempestuosa y decidida. Hasta el punto en que las corcheas se fusionaban con las semicorcheas y las blancas y las negras tornaban matices de coherencia y compases de rock and roll, algunos ave marías entrecortados y , tal vez algunos arpegios …sin desdoblar el inmaculado candor de su afición .
Era «Mumi» y era fan del «animé».
«tiene rutina de Colegio y de Inglés… nos alarmamos a la noche porque no regresaba … y desde ahí, no se
mas nada»… el rostro de su madre era un inmenso mar de lágrimas desatadas al infortunio y a la
desesperanza
Al mediodía del 3 de junio, apareció en un predio que manipula la basura, donde, todo.. ¡o casi todo!
se funde y se confunde, «una planta de reciclaje» .
¿Fue por hábito lucido de la casualidad o por algún mandato divino?
Ella pensó: » de modo que mi sombra no me precede ni me sigue, sino que testimonia con la luz que
alumbra mis entrañables fauces avarientas, mis manos de cristal que ya persigue la tierra, mis manos que
llevan en sus uñas la señal»
Por mas que pongas en escena la mentira, aún a riesgo de perder, por ella, tu cabeza. Como protagonista de tu fabula oscura, te hundirás en el laberinto de la niebla y se derrumbará el tinglado de exageraciones y
falsedades que armaste para que te crean.
Hay una luz dorada que hiere hasta las lágrimas y una pluma azul que te señala… Y yo debo vivir hasta que caigas !!

Y, entonces, sí, por mandato divino, se escribió la historia:
«Intenté zafarme del miedo, del peso de su cuerpo, de sus sucias y asquerosas manos. El hilo de mis
pensamientos, el ritmo de mis latidos y el compas de mi respiración se interrumpieron bruscamente. Trepó
sobre mi y me aferro la garganta .Con un empujón desmedido me tiró al suelo golpeándome la cabeza con
fuerza.
Mareada, con la vista nublada , casi asfixiada por la presión de su complexión y el dolor inundando mi
cerebro, pretendí defenderme con uñas y dientes tratando de herir, de lastimar, de liberarme. Entonces lo vi
ponerse de pié a mi lado, mientras yo luchaba por mantener la conciencia
En ese momento reuní todo el aliento que quedaba en mi cuerpo, toda la fuerza, todo el miedo, todo el dolor y lo lance hacia afuera en un grito aterrador que se detuvo, de repente, atragantado en mi garganta,
sofocándome.
Con un movimiento brusco se arrodilló ante mi y me atrajo con fuerza hacia el.Con sus labios sobre mi oreja, mi cuerpo contra el suyo y sus brazos y piernas envolviendome, volvió a presionar mi garganta tapándome la boca y la nariz.
Comprendí, albergando una absurda e imprevista serenidad, que estaba muriendo, que me estaba
matando.
Lo ultimo que puede sentir fue la cuerda apretando mi garganta y la ligereza de una tela plastica
enfundando mi cabeza. Perdí el conocimiento y afirmaría que nunca lo volví a recuperar. Salvo por ese
sueño, como alas fugaces, rondando el cielo azul de la pesadilla, donde me veía, desde una altura inasible,
maniatada y desfallecida, dentro de una gran caja metálica, aplastada por bolsas de basura, escombros y
despojos de muebles viejos.
Yo estaba allí, tendida, con los ojos abiertos. Sosteniendo mi apuesta, como si fuera el último día de mi
historia,
¡¡Siempre estará aquí, junto a la niebla !! Andando el triste sendero de la ultima hoja demorada.
¿Quieres saber quien te llama ?? El que vino a vivir, en una sola vida, la comunión de la vida y de la muerte.
¡¡Pobre cara labrada por los colmillos de la fiera a solas!!
Pero por mas que sume , al éxodo de las estrellas, la mutilación de faunas y bosques, buscando la salida por las puertas del perdón… Por mas que rece, se santifique, comulgue a ciegas, confesando su salto mortal ante el costado abierto por la misma condena.-
No hay hoy sin mañana, ni ayer sin hoy, ni mañana sin pasado. El Universo es la consumación de los días
vividos y los días sin vivir, sin conceder tregua, sin forzar la cerradura del maleficio que se quiebra…

Fue en ese preciso momento,en que el hombre se enfrentó a la idea de la existencia, percibiendo su propia
vida segmentada por los terroríficos objetos que lo rodeaban. Su mente puso al descubierto la carga tragica
y el incierto destino de la condición humana, con el horror que develan los niveles menos explorados del
alma.
Un acceso de demencia sádica , recrea el final sorprendente y estremecedor, cuya intemperancia
desenfrenada recae en la virtud, literalmente horripilante, que lo conduce al infierno vistiendo el ropaje del
verdugo que mata mejor.

Pero el Ángel marco su senda, y anda por donde quiere ir, diseminando huellas y adn, esparciendo rastros
por acá… y por allí.
En todo lo que recorra, Habrá un Ave María, un Padre Nuestro, un dolor redoblado en el esofago, y un
nombre… el nombre del Ángel, que abrirá sus alas, y echará a volar.

Blog de WordPress.com.

Subir ↑